El derrocado dictador libio Muamar el Gadafi murió ayer en sirte su localidad natal, pocas horas después de que las nuevas autoridades libias anunciasen la toma de la ciudad, el último bastión de los gadafistas.
Según la versión oficial hecha pública anoche por los rebeldes, murió de una herida de bala en la cabeza en un tiroteo entre tropas gadafistas y fuerzas rebeldes. El primer ministro del CNT, Mahmud Jibril, explicó en su rueda de prensa de anoche que el antiguo dirigente «no opuso resistencia» cuando las fuerzas rebeldes lo localizaron en un conducto de aguas residuales. «Cuando comenzamos a trasladarlo, fue alcanzado por una bala en su brazo derecho y, cuando lo dejamos en el camión, no tenía otras heridas», aseguró. Gadafi todavía estaba vivo cuando fue evacuado de Sirte y no murió hasta minutos antes de llegar al hospital, añadió el primer ministro. La televisión estatal libia mostró anoche imágenes en las que se podía ver a soldados del CNT posando con el cuerpo sin vida de Gadafi en Misrata. Uno de ellos incluso levantaba hacia la cámara la cabeza del coronel, en la que aún eran visibles los restos de sangre.
Jibril, que aludió a datos de expertos forenses, indicó que cuando el vehículo en el que se trasladaba a Gadafi comenzó a moverse se inició un tiroteo entre «revolucionarios», como denominó a las tropas leales al CNT, y gadafistas. Durante este enfrentamiento, Gadafi fue alcanzado en la cabeza, aseguró, por una bala cuya procedencia no habrían podido aclarar los primeros análisis. Hasta el momento de hacerse pública la versión de Jibril, la secuencia supuesta de los hechos, a la que muchos analistas daban anoche aún todo el crédito, era la siguiente: ante la inminencia de la caída de Sirte, Gadafi intentó huir de la ciudad en un convoy de vehículos militares, en el que viajaba en compañía de su jefe militar, Abu Bakr Yunus Jabr, que también murió.
Junto a Gadafi, murieron también su quinto hijo, Mutasem, y su segundo vástago, Saif al Islam, que también estaba tratando de huir de Sirte y Moussa Ibrahim, portavoz de su Gobierno, finalmente, capturaron a Abdullah al Senussi, ex jefe de los servicios secretos, y otros miembros del Gobierno depuesto. Tras conocerse la noticia, multitud de personas salieron a las calles de Trípoli o Bengasi para celebrar con gritos, bailes y disparos al aire.
No hay comentarios:
Publicar un comentario