El ex director general de Caja Segovia, Luis Escribano, cobrará seis millones de euros brutos, en diez años, por prejubilarse de la entidad. La información fue facilitada ayer en el periódico El Adelantado de Segovia, y fue calificada de "escandalosa" por el portavoz del Grupo Socialista de las Cortes de Castilla y León, José Francisco Martín. Fuentes del Consejo de Administración han afirmado que, en 10 años, Escribano recibirá unos 275.000 euros netos anuales, unos 23.000 euros mensuales.
En 2010, Caja Segovia se incluyó en el Sistema Institucional de Protección (SIP), Banco Financiero y de Ahorros, liderado por Caja Madrid, junto con Caja de Ávila, Caja Rioja, La Caja de Canarias y Laietana, a las que se unió Bancaja. Provisionalmente este SIP se conoció como Caja Júpiter, la caja más grande de España y el tercer grupo financiero mayor de España. Esta integración recibió en su día ayudas del Fondo de reestructuración ordenada bancaria (FROB) cercanas a los 4.500 millones. Este rescate se dio con motivo de la de la crisis financiera de 2008, cuyas aportaciones provienen en un 75% de los Presupuestos Generales del Estado.
Este escándalo es uno más de los que se han sacado a la luz en los últimos meses. El último caso de indemnizaciones millonarias para cajas bancarias rescatadas con dinero público, fue el de Novacaixa, que trató de destinar 23,6 millones de indemnización para 3 de sus exejecutivos. El escándalo hizo que los beneficiados se sinitieran presionados, y aunque en un principio se negaron, finalmente han tenido que renunciar a parte de su compensación.
El escándalo que esta información supone para la opinión pública es evidente. La sumersión de España en una crisis como ésta, iniciada por el sistema financiero, se debe en gran medida a la ayuda pública que éstas entidades han recibido.
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