viernes, 30 de septiembre de 2011
China comienza el camino hacia su propia estación espacial
China lanza con éxito su nave Tiangong-1

Después de que las condiciones meteorológicas se lo permitieron, China lanzó el jueves su nave Tiangong-1 (en chino: palacio celestial). El despegue se llevó a cabo desde la base de Jiuquan, en el desierto de Gobi a las 21.06 y ante una expectativa mundial.
Se trata de un hecho que allanará el camino hacia la plataforma espacial que China pretende instalar, si la misión es exitosa, hacia el año 2020. En algunas semanas, se lanzará Shenzhou VIII, otra nave no tripulada. Y el próximo año se enviarán las primeras misiones tripuladas y entonces será la prueba de fuego: el encuentro y acoplamiento de ambas naves.
“El país está listo ya para entrar una etapa de una mayor frecuencia de lanzamiento”, aseguró Lu Jinrong, ingeniero jefe del sistema de lanzamiento de misiones espaciales. Este proyecto posicionaría a la potencia asiática como el tercer país en tener un puesto tripulado en el espacio, luego de Estados Unidos y Rusia.
El lanzamiento se llevó a cabo justo antes del Día Nacional chino (1 de octubre), lo cual supuso una presión especial. El proyecto fue acompañado de una importante movilización publicitaria que despertara el orgullo por los avances tecnológicos de China. A su vez, el hecho fue transmitido en vivo por televisión estatal y contó con las presencias del presidente Hu Juntao desde el Centro de Control de los Vuelos Espaciales de Pekín, así como también el primer ministro Wen Jiabao y el vicepresidente Xi Jinping.
Enlaces:
http://lta.reuters.com/article/internetNews/idLTASIE7A7AJ020110929
http://www.youtube.com/watch?v=0r_xOYWDZqU
http://spanish.china.org.cn/china/archive/hangtian/2011-09/27/content_23500899.htm
China lanza una nave experimental para su programa de estación espacial
La última muestra de progreso espacial llega de la mano de China, más concretamente de Tiangong-1, “palacio celestial o palacio del paraíso”, una nave experimental que allana el camino hacia una nueva y futura estación espacial; acercando así a la potencia asiática a tener su propio tripulado en el espacio, de forma permanente, para el año 2020.
El cohete, lanzado en presencia del primer ministro chino, Wen Jiabao, tiene como objetivo acoplarse a las naves Shenzhou-8, Shenzhou-9 y Shenzhou-10 (no pilotadas) en los próximos dos años. El primer acoplamiento, que tendrá lugar a finales de octubre y principios de noviembre, se producirá con la Shenzhou-8 y durará aproximadamente unos doce días. Una vez que cada experimento individual haya concluido las naves regresarán a la Tierra, quedándose en su órbita original la última nave experimental mandada por el gobierno chino.
Esta última demostración de poder asiático se produce de manera paralela a las restricciones presupuestarias y a la modificación de prioridades que afecta al tripulado espacial de Estados Unidos; convirtiendo a China en la tercera potencia en poner en órbita a un ser humano después de la Unión Soviética y el gigante estadounidense.
El gobierno chino espera que esta misión se sume al éxito de otros proyectos que muestran fielmente su creciente poderío tecnológico, como es el caso de la botadura de un portaaviones.